En el 25 de Julio, día de Galicia, día del Apóstol, desde la ciudad que le vio nacer, Colón reivindica “SOY GALLEGO”.
Este hombre que se vio obligado a ocultar su identidad por motivaciones políticas, no cesó nunca de dejarnos pistas, de tirar migas de pan, para que pudiésemos rastrear su verdadera nacionalidad.
No contaba él, con el olvido de su gesta y de su persona por periodo de cuatro siglos, no contaba él, cuando, al fin el mundo se preocupó por sus orígenes y circunstancias, se falseara e inventara una historia tan alejada de la realidad.
Gracias a un españolismo que rehusó defender un Colón gallego, un españolismo que no le gusta el protagonismo que Galicia tiene en la historia de España, y no puede permitir que el mundo nos reconozca haber tenido una sociedad capaz de preparar a un hombre para abordar tan importante contribución a la humanidad.
Gracias también, a un nacionalismo que no puede defender a un Colón gallego, no puede defender la realidad histórica de una sociedad que ellos han mal interpretado y politizado hasta la saciedad. En busca siempre de un enemigo para sus fines, han alterado a su conveniencia la realidad.
Gracias a unos académicos incompetentes que no se merecen el puesto que ocupan, fruto de la mala selección, fruto de un sistema universitario que excluye a aquellos formadores de más valía, por otros que sirvan mejor a intereses propagandistas, que de manera burda acaban mezclando siempre la política en todo lo que tocan.
Todos estos elementos antes expuestos, no desean revisar nada, están conformes y apoltronados, no quieren que nada cambie y que se descubra los errores de su incompentencia, no tanto por los errores, más bien, por ocultar su competencia para el cargo.
Que sepan que han ocasionado mucho daño, que sepan que serán destapados cuando el mundo se dé cuenta del tremendo error histórico, y cuando vengan de fuera a revisar nuestra historia por su importancia, por pertenecer a la historia de la humanidad, estos personajes serán despojados de sus méritos, concedidos por ellos mismos y entre ellos, como vulgar y deprimente casta endógena.
Entre los enemigos de la patria por ocultar la verdad, nombraremos a los que más daño han hecho.
Como activistas destacados: Ángel de Altolaguirre, Oviedo y Arce, Serrano y Sanz, Salvador de Maradiaga, Luis Ulloa, Menéndez Pidal y Manuel Murguía.
Como peleles destacados: el resto de miembros de las academias de la historia, la gallega y la española. A todos ellos los alojaremos en la parte sucia de nuestra memoria.