Hace algo más de un año, tuve la inmensa fortuna de toparme con un texto de Francesillo de Zúñiga, una crónica en la que se mencionaba a Diego de Sotomayor, hijo de Pedro Madruga, como hijo de Cristóbal Colón. La sorpresa fue doble, en primer lugar porque el texto, escrito en el primer tercio del S. XVI y publicado por vez primera a mediados del S. XIX, refrendaba la tesis de Pedro Madruga como verdadera identidad de Colón…………..
Si, como asegura Francesillo, Diego de Sotomayor era hijo de Colón, entonces Colón es Pedro Madruga. En segundo lugar, me sorprendió que el texto hubiera pasado desapercibido durante todo este tiempo a los ojos de todos aquellos que dedican su vida al estudio de Cristóbal Colón.
La autoridad de Francesillo de Zúñiga como cronista queda fuera de toda duda por varios motivos, y más aun en lo que se refiere a la familia Sotomayor, de la que habla con gran conocimiento. Había estado durante años al servicio del duque de Béjar, íntimamente ligado a los Sotomayor y a la Orden de Alcántara, a la que pertenecía Diego de Sotomayor, residente en Extremadura en tierras vecinas a las de su pariente, el propio duque de Béjar. Por otra parte, un análisis exhaustivo del texto de Francesillo no deja lugar a dudas sobre el carácter escrupuloso que imprimía a cada dato que consignaba, aunque se tratara de una obra satírica escrita para solaz de Carlos V, o precisamente por estar dedicada al Emperador. Es imposible encontrar en la “Crónica del Emperador Carlos V” una inexactitud en lo que se refiere a hechos que narra, nombres, parentescos que refleja o fechas. Además, Francesillo tuvo la libertad de escribir sobre todos aquellos asuntos que estaban vetados a los cronistas oficiales por una simple razón: su crónica no fue escrita para ser publicada, y de hecho no se imprimió hasta tres siglos después. Eso permitía al autor bromear sobre asuntos muy serios de los que el rey, destinatario del texto, tenía un amplio conocimiento. Dice Francesillo que Diego de Sotomayor “parece hijo bastardo de Colón, el Almirante de Indias”. Ese “parece” lo utiliza habitualmente para referirse a los que en realidad eran hijos bastardos. En el caso de Diego de Sotomayor tiene un doble sentido, pues Colón no reconocía, obviamente, a los hijos que había tenido con su anterior identidad. Dice luego que el mismo Diego “parece heredero del ladrón que desesperó”. Y en otra parte del texto deja bien claro que el “ladrón que desesperó” es Pedro Madruga, cuyos bienes realmente heredó Diego tras serle confiscados a su sobrino Pedro. Dice también que Diego de Sotomayor aspiraba al maestrazgo de la Orden de Alcántara y se refiere a Colón como solicitador de aquel ascenso. De ser así, esa solicitud tuvo que hacerse años antes, pues Colón murió en 1506. Era habitual que ese tipo de cargos se solicitasen con años de anticipación. Todo encaja en el testimonio de Francesillo con la tesis Colón-Madruga.
Y ya saliéndonos del texto de Francesillo de Zúñiga, la investigación sobre el Comendador Diego de Sotomayor da mucho más de sí, y sospecho que irá a mayores a medida que se vayan conociendo nuevos datos. Hace unos meses tuve la feliz idea de enviar a don António Pedro Sottomayor una copia del libro “El Castillo del Marqués de Mos en Sotomayor”, escrito por la marquesa de Ayerbe. El libro me había llegado a través de Fernando Alonso Conchouso. Así, entre el mayor investigador que existe hoy sobre la tesis Colón-Madruga, que es el Sr. Sottomayor, y el mayor bibliófilo y divulgador, que es el Sr. Alonso, tenemos dos minas que pronto arrojaron sus frutos. A los pocos días me escribía António Pedro y, en su elegante portugués (eso no es mérito suyo, el pueblo portugués escribe con mayor elegancia que nosotros) me hacía ver un dato que a mí se me hubiera escapado de todas todas, y eso sí es mérito suyo. En uno de los apéndices del libro de la marquesa de Ayerbe se reproduce la solicitud de ingreso de Diego de Sotomayor en la Orden de Alcántara. Uno de los testigos que declara en ella es Juan de Estrada, procedente de Vila Real (Portugal). Pedro Madruga tenía una amante en Vila Real, Francisca de Estrada, de la que tuvo un hijo llamado Juan de Estrada, que servía al marqués de Vila Real. Éste puede ser el testigo que declaró a favor de Diego de Sotomayor, ya que es el único de ese nombre que tenemos documentado, aunque no se puede descartar la posibilidad de que existiera otro Juan de Estrada en Vila Real, que en todo caso sería pariente muy cercano de Francisca, la amante de Madruga, ya que la única rama de apellido Estrada que había por aquella época en Vila Real era aquella a la que pertenecía Francisca, y por tanto el testigo Juan de Estrada. De lo que no hay duda es de que un Juan de Estrada, hijo de Pedro Madruga y Francisca de Estrada, sirvió durante toda su vida al marqués de Vila Real, eso queda claro por abundante documentación. La relación de Madruga con el marqués de Vila Real iba mucho más allá de una simple amistad. Por poner un ejemplo, cuando Pedro Madruga secuestró al obispo de Tui, Diego de Muros, los 700.000 maravedíes del rescate fueron entregados al marqués de Vila Real, lo que nos demuestra que Pedro Madruga tenía una confianza ciega en el marqués.
Todo ello no nos llevaría a ningún lado si Pedro de Meneses, que así se llamaba el marqués de Vila Real no tuviera relación alguna con Colón. Pero el caso es que fue Pedro de Meneses, en una encendida discusión con el obispo de Ceuta quien intentó convencer al rey de Portugal de que patrocinara el viaje de Colón. ¿Defendía el marqués de Vila Real a un Colón cualquiera, jugándose su prestigio y su influencia en la corte portuguesa? Evidentemente, no. El marqués de Vila Real defendía a su amigo y hombre de confianza, Pedro Madruga.
Rodrigo Cota González.