Como base y punto de partida, hemos de evidenciar que Cristóbal Colón, secundado por su hermano e hijos, mantuvo con tenaz empeño su propósito de ocultar su origen y patria, en lo cual convienen todos los historiadores, y la mejor muestra de ello son las declaraciones de su propio hijo:
“…quiso que su patria y origen fueran menos seguras y conocidas”
“…quiso que el Almirante imitase al mismo Cristo, que siendo sus antecesores de la sangre real de Jerusalén, tuvo por bien que sus padres fueran menos conocidos”
“…Fue su voluntad que sus padres fuesen menos conocidos, de modo que cuanto fue su persona a propósito y adornada de todo aquello que convenía para tan gran hecho, tanto menos conocido y cierto quiso que fuese su origen y patria…”
Su hijo Fernando Colón, también cita unos versos que según disponía en su testamento, debían ser colocados en la fachada de la casa que había edificado en Sevilla a orillas del Guadalquivir, para vivienda suya y albergue de su monumental Biblioteca:
“Precien los prudentes la común estimación, pues se mueven las más gentes con tan fácil ocasión que los mesmos que lanzaron de sus casas, por peor, de que bien consideraron, Juzgan hoy ser lo mejor”
Estos versos, que no llegaron a ponerse en la fachada del palacio de Fernando Colón, venían a decir que la familia que edificó este palacio, fue en otro tiempo echada de sus casas por los mismos que hoy le tributan los más altos honores.
En sesión celebrada por laAcademia de la Historia, el 30 de abril de 1926, se presentó la siguiente proposición, que fue aceptada e incorporada al acta:
“que si bien es cierto que hasta ahora no hay prueba suficiente para declarar que Colón nació en Pontevedra, tampoco la hay de que nació en Génova”.