José Ramón Fontán González .- Abogado, columnista del FARO DE VIGO. Investigador sobre el origen gallego de Colón. Basado en los trabajos del lucense Antón Fernández y Fernández pública en vigo en 1985 la obra más voluminosa en defensa de la gallegueidad de Colón: «DON CRISTÓBAL COLÓN SÚBDITO DE DOÑA ISABEL I DE CASTILLA Y GALLEGO DE NACIÓN».
¿DUEL EL v CENTENARIO?
Por JOSÉ R. FONTAN GONZÁLEZ
Nada más ser anunciada la celebración del V Centenario del Descubrimiento parece que se desa-Ean, no ya las críticas, sino las verdaderas persecuciones a la obra y a la persona de Cristóbal Colón, sin oividar el recrudecimiento de la Leyenda Negra antiespañola.
En tres direcciones se establecen tales críticas: la primera con las pretendidas expediciones precolombinas de vikingos, templarios y demás pretendidos predecesores de la gesta coloniana; la segunda por la raza del descubridor; y la tercera por el pretendido daño que a los indígenas ha causado la civilización europea, Nadie puede negar la existencia de culturas indígenas como la Azteca, la Maya y ia Incaica, entre otras de menor ente. Tampoco se debe negar, en rotundo, la posibilidad de que los antes aludidos hayan podido llegar a lo que hoy se llama el Continente Americano y yo soy de los que creo que el propio Cristóbal Colón ya había tocado Groenlandia y el hoy llamado Canadá.
Con respecto a todo ello cumple recordar que tales conquistas, de haber existido, fueron tan interesadas como efímeras y sin que tuvieran una clara repercusión en Europa aún admitiendo, solo a efectos polémicos, teorías como la de Jacques de Mahicu en su obra, y muy especialmente en «Colón llegó después», que parece editada el pasado año al solo objeto de minorar la valia del Descubrimiento hecho para España y por españoles, cualesquiera haya sido su condición.
Como siempre, las conclusiones llegan a ser tan paladinas como la de que Don Cristóbal robó, en la Corte Portuguesa, el pretendido Mapa de Dieppe. Si así fuera, constituiría un claro insulto para los Monarcas Portugueses tan destacados en los descubrimientos por no aprovechar tales conocimientos para ocupar directamente lo que hoy llamamos Brasil. Grave injuria para Dom Dinis -protector de Templarios-basta Don Juan II. Y no puedo extenderme en más consideraciones para un trabajo necesari amenté breve como el presente. Solo añadir que gran parte de las alegaciones están basadas en determinada existencia de cruces y símbolos que también pudieran ser simples adornos y recipientes de otra índole diferente a la que se intenta compararlos. Con respecto al origen judio de Cristóbal Colón huelga decir que parece mentira la importancia que se le quiere dar a tal extremo, entre otros por españoles como Salvador de Madariaga cuya vasta cultura debiera haber hecho que conociera la verdadera historia de los judíos en España y particularmente en su Galicia natal. No creo que a nadie le resulte sospechoso Simón Wiesenthal quien en «Operación Nuevo Mundo. La misión secreta de Cristóbal Colón11 nos da una clarísima visión de las mezclas de raza, conservando ó no la religión primitiva y las relaciones entre la más alta nobleza española y los descendientes de los hijos de Sión. El Cardenal Mendoza también lo subraya y basta recordar que el propio abuelo materno de Femando V de Castilla y II de Aragón, provenia de judíos conversos. Tampoco debe olvidarse que los primeros Inquisidores: Torquemada y Diego de Deza, llevaban en sus venas sangre judia y, como no hay peor cuña que la de la misma madera, así llevaron a ultranza la persecución de quienes insistían secretamente en sus usos y creencias que dieron lugar a lo que todos sabemos.
Si Cristóbal Colón llevaba en sus venas sangre de esa raza, muy bien lo disimulaba «rezando el Oficio como un profeso» y en todos sus escritos respecto, entre otras cosas de la Conquista de Jerusalen. A lo peor Don Simón entiende que esta también era una misión secreta.
Claro está que al parccr ninguno de ellos manejó la obra de José Ramón Onega «Los judíos en el reino de Galicia» con lo que mejor pudieran entender a un gallego descendiente, por una u otra rama, de judíos conversos.
Fácil sería también refutar la obra de Mascarenhas Barreto en tres sentidos; sus tremendos errores genealógicos y heráldicos; los de raza y el servicio secreto de Cristóbal Colón que, para mf si a alguien lo prestó, fue a los Reyes Católicos durante la Conquista de Granada y para control de movimientos de Escuadras sarracenas, Por último la campaña de los llamados ecologistas que resucitan la Leyenda Negra y que parecen no haber saludado siquiera a las Leyes de Indias que, como españolas, estaban tan bien realizadas como incumplidas, lo cual denunció Fray Bartolomé de las Casas.
Parecen ignorar que todavía hoy nuestros misioneros tratan de paliar la condición de algunos indígenas y estos superdernócratas quieren olvidar la dictadura de caciques y reyezuelos indígenas.
Tampoco se dignan comparar la civilización cristiana de España y Portugal en todas sus conquistas con la siguiente mezcla de razas y que no tienen comparación con las de otros pueblos; y sino un vistazo al actual África negra ó a los pueblos caucásicos que siguen luchando por su ideosincrasia les convencería. Toda la verdad es que Cristóbal Colón había preparado su Empresa de Indias con todo detenimiento y unos conocimientos muy superiores a los comunes de su época. El iba a por el oro y por las especies. Si se añadió la labor espiritual que quizá le sirvió para convencer a la Reina Católica, no debemos olvidar que en la primera expedición no iba un solo sacerdote y el «oficiante» parecía ser el propio Colón.
Consiguió su objetivo y luego los hechos y las ambiciones quizá vinieron a deformar lo que unos y otros se había propuesto. Y lo que más me llama la atención es el desprecio que respecto de las costumbres y usos en aquellos tiempos y en aquellos lugares tienen, no digo ya lo que casi lodo lo ignoran, sino también algunos de los propios historiadores. Recomendaría la lectura de Washington Irving y Alejandro Humboldt, que tanto lo critican.