Cristóbal Colón, el descubridor, cuya hazaña se conmemora en estos días, pudo haber nacido en Mallorca y no en Génova, según diversas investigaciones, entre ellas las del heraldista y abogado José Antonio Dávila y García Miranda.
La figura de Cristóbal Colón ha estado siempre envuelta en el misterio. Un misterio que el propio almirante se encargó de fomentar al dejar grandes incógnitas acerca de su origen. Numerosos estudiosos se han encargado de investigar la figura del almirante. Y la mayoría de ellos se han inclinado por rebatir su origen genovés, o han aportado pruebas de su ascendencia aragonesa.
El historiador Menéndez Pidal estableció que Colón no hablaba ni italiano ni «genovisco» -lengua que se hablaba en Génova-. Otro dato muy significativo es que la correspondencia entre los tres hermanos Colón -Cristóbal, Bartolomé y Diego- se desarrolló íntegramente en castellano y no en la lengua materna, como hubiera sido lógico.
Pidal también estableció que la lengua de Colón no era el sefardí y que, además, su castellano estaba plagado de «aragonesismos» e italianismos, como se utilizaban entonces en el Reino de Aragón.
Por otra parte, el historiador peruano Luis Ulloa Cisneros defiende la tesis del origen catalán de Cristóbal Colón, mientras que otro historiador, Manuel López Flores, afirma que fue mallorquín e hijo natural del príncipe de Viana y de Margarita Colón, de familia posiblemente conversa, radicada en la localidad mallorquina de Felanitx.
Hijo bastardo del príncipe de Viana.
Manuel López Flores afirma también que este hijo bastardo del príncipe de Viana fue bautizado como Juan. Pero se hizo llamar por imperativos de su mesianismo «Cristoferens», es decir, el que lleva a Cristo. Asimismo, es cierto que Colón no firma nunca con su apellido, ni Cristóbal, ni Cristóforo, sino Cristoferens. Colón añade en su firma unas iniciales crípticas cuyo significado se desconoce. Algunas veces firma «el Almirante» pero nunca Colón, como se ha dicho.
Otra investigación que avala el origen aragonés de Colón -las Baleares pertenecían entonces al Reino de Aragón- es la del marqués de Villarreal de Álava, quien ha localizado en la zona levantina de la corona de Aragón a diversas personas relacionadas con actividades marítimas de apellido Colom, entre las que aparecen varias con los nombres de Cristóbal, Diego y Bartolomé.
Las investigaciones de José Antonio Dávila se basan en la merced que los reyes Católicos concedieron a Colón, de que añadiera a sus armas de familia las nuevas que ellos le otorgan según un privilegio concedido en Barcelona el 20 de mayo de 1493.
Para Dávila, «dado que la autenticidad del testamento de Colón es más que dudosa, tenemos que quedarnos con estos indicios y valorar el escudo de armas que se afirma era el del linaje de Colón».
«Pero hay una pequeña diferencia entre los dibujos más antiguos y los posteriores. Y ésa es la diferencia que a mí me ha llevado a descubrir el origen mallorquín del almirante. La banda no arranca del «jefe» sino que figura «sobre el todo». De este modo, se describirían así las armas originales de Colón «campo de oro», «el jefe de gules», brochante sobre el «todo» una banda de azur».
«Por otro lado -afirma- una parte del escudo «entrada en punta» siempre trae las armas de que se trate, lo más reducidas y simplificadas posibles, pues se dispone de poco espacio.
Según eso, es fácil de ver que una interpretación versosímil de las armas primitivas de Colón es que se trata, sencillamente, de las llamadas «barras» de Aragón, con la barra de bastardía, lo que confirmaría la tesis de Manuel López Flores. O una interpretación de las armas mallorquinas reflejadas en el estandarte del reino Balear: bandera cuatribarrada con una banda «azur » sobre las cuatro barras».
Colón oculta su origen.
Se explica también por qué Cristóbal Colón ocultó su condición de aragonés: en tiempos de monarquía absoluta, no podía un súbdito condicionar la prestación de sus servicios, debiendo conformarse con las mercedes que el rey quisiera otorgarle. Sólo un extranjero podía poner condiciones previas para prestar sus servicios y «naturalizarse» súbdito del rey.
Así pues, si Colón era súbdito de la corona aragonesa no podía negociar como lo hizo, y con provecho, las «Capitulaciones de Santa Fe». Esto explica, según estudios del marqués de Villarreal de Álava, que Colón ocultara haber nacido en territorio aragonés, fuera peninsular, insular o, incluso, napolitano.
En 1931 se descubrió el llamado «documento boromei» de 1494, en el que el conde milanés Juan Borromeo afirma que Pedro de Angleria, tesorero de los Reyes Católicos, le había informado de la auténtica personalidad de Cristóbal Colón, posiblemente reconociendo su carácter de «aragonés».
También el padre Las Casas, cronista del Descubrimiento, dice que Colón era de un linaje principal, pero que lo oculta por diversas razones.
Asimismo, el historiador José Tomás Cabot sostiene que Colón oculta su origen porque había sido durante años agente secreto de Fernando el Católico en la corte de Portugal. Lo cual da un nuevo significado al perdón que Juan II, rey de Portugal, le concede el 20 de marzo de 1488.
Ana García Rivas
Diario 16