La Prensa de Italia y varias Asociaciones culturales de dicho país se ocupan actualmente de la nacionalidad del descubridor del Nuevo Mundo, con el íin de demostrar que Cristóbal Colón es el Cristófforus Columbo nacido en Génova, en donde vivió hasta su mayor edad.
Varios escritores italianos fundamentan sus argumentos en lo que dicen algunos españoles, que, en la duda sobre el origen de Colón, no han vacilado en afirmar la nacionalidad italiana del mismo. ¡ i Asi se hace Patria!!
Con el fin de que quede esclarecido de una vez para siempre el lugar del nacimiento del gran navegante, ha abierto A B C el concurso cuyas bases publicamos a continuación, ya que jamás se habría podido determinar la nacionalidad de Colón en una polémica periodística, aun pudiendo probarse documentalmente que Colón nunca nombró a la carabela en que realizó su glorioso viaje la Santa María, y sí la GALLEGA, en recuerdo, por lo visto, de haber nacido en Génova.
Próximo a cumplirse el plazo en que se na de reunir el Tribunal internacional —Abril de 1927—. esperamos, confiados, que ante éste quedarán demostrados todos los hechos que han formado el convencimiento de cuantos creen, como cree ABC, que no sólo se debe al valor y al genio de la raza hispana la conquista y la civilización de América, sino que. Cristóbal Colón era tan español como los Reyes Católicos.
Bases del concurso
Primera. El diario español ABC premiará con 50.000 pesetas (cincuenta mil pesetas) el escrito que, a juicio de un Tribunal arbitral internacional, demuestre la nacionalidad española de Cristóbal Colón, descubridor del Nuevo Mundo.
Segunda. Este Tribunal $erá elegido entre eminentes personalidades españolas y extranjeras, bajo los auspicios del Gobierno español.
Tercera. Los trabajos deberán presentarse en cuartillas escritas a máquina por una sola cara, firmados por el autor, con su nombre y apellidos e indicación de su residencia, acompañando al ejemplar en español, uno en italiano y otro en inglés.
Cuarta. Sin derecho a premio—pues éste queda reservado para recompensar el trabajo que demuestre la nacionalidad española de Colón—se admitirán y entregarán al Tribunal arbitral los escritos que impugnen la citada nacionalidad, siempre que su autor cumpla lo que queda establecido en la base tercera.
Quinta. El Tribunal arbitral internacional podrá ejercer todos los derechos que estime pertinentes para esclarecer y fallar sobre los dos únicos temas que se someterán a su estudio, y que son:
a) ¿Puede afirmarse que Cristóbal Colón, el descubridor del Nuevo Mundo, era español ?
b) ¿Puede afirmarse que Cristófforus Columbo, nacido en Génova, e hijo de Domini- cus, fué el descubridor del Nuevo Mundo?
Sexta. Los escritos serán recibidos, hasta el día i.° de Abril de 1927, en la casa social de A R C, Serranof 55, Madrid.
Séptima. El autor del trabajo premiado disfrutará, respecto al mismo, de todos los derechos de propiedad literaria, pero se entenderá que cede a favor de A B C la facultad de editarlo o publicarlo, si lo considera oportuno, total o parcialmente, o en extracto, en cualquiera de los idiomas citados. En inglés, por ser, con el español, los que se hablan en América. En italiano, por el interés que para Italia tiene la nacionalidad de Colón.—En Madrid, año de 1926.—Torcuato Luca de Tena, director de A B C
¿CUAL ES LA VERDADERA NACIONALIDAD DE CRISTOBAL COLON? ABC 1927
Lo esperábamos algunos escritores y superhombres, en vez de haber coadyuvado al esclarecimiento de la nacionalidad de Cristóbal Colón, se dedican a publicar artículos absurdos y festivos. No nos referimos, naturalmente, a los que, creyendo de buena fe que Colón era genovés, catalán, vizcaíno o gallego, sostienen su creencia en forma respetable y digna.
La conducta de los mencionados españoles contrasta notablemente con la de los italianos que, tanto en América como en Madrid, se han negado a traducir los escritos que aducen pruebas en favor de la nacionalidad española de Colón. Merece la pena de ser registrado el hecho.
Porque entendimos que era de un interés histórico extraordinario que un Tribuna; internacional, rodeado de toda clase de garantías, proclamase la verdadera nacionalidad de Cristóbal Colón, abrimos este concurso—sin perdonar trabajos ni sacrificios—, para que concurriesen a él cuantos creyesen que podían aportar pruebas sobre el nacimiento del descubridor del Nuevo Mundo. Y no nos equivocamos. De Inglaterra, de América y de España, hemos ya recibido interesantísimos escritos que rectificarán en absoluto antiguos errores históricos.
Nosotros hemos tenido siempre el convencimiento de que Cristóbal Colón era español: ¿gallego, vizcaíno,» catalán?, en cualquier región en que hubiese nacido sería un honor para España, pese a los que ahora quieren deshonrar su memoria, como si no existiese el hecho determinante y probado de que, al conquistar la confianza de los Reyes Católicos y al inspirarla a los insignes marinos que se pusieron a sus órdenes para realizar la gloriosa empresa, sus conocimientos y su valer supieron imponerse.
En tanto que 110 se demuestre lo contrario, puede, con hechos, afirmarse que Cristóbal Colón nació y vivió en la provincia de Pontevedra. Navegó desde muy joven, arribó a Portugal después, de un naufragio y. desde esta nación regresó a España.
Las primeras tierras descubiertas fueron bautizadas por Cristóbal Colón con los nombres de pueblos y lugares de la ria de Pontevedra. De ser Colón genovés, vizcaíno o catalán, lo natural hubiera sido el empleo ele nombres vizcaínos, genoveses o catalanes.
Es conocida la carabela capitana, en que Colón realizó su primer viaje, con el nombre de la Santa María. Pues bien; Colón la designó siempre con el título de La Gallega lo que seguramente no hubiese hecho de haber nacido en Cataluña, Génova o Vizcaya. También existe el dato, documentalmente probado, que la mayoría de los tripulantes que se embarcaron ron Colón eran gallegos y reclutados en Galicia, a pesar de las dificultades que en aquella época ofrecía el trasladarse de un extremo a otro de la Península.
Otro dato muy interesante para demostrar que el descubridor del Nuevo Mundo nació en Galicia, es su apellido, Colón, con N, no con M, como algunos escriben.
Muchos años antes del descubrimiento» existían en la provincia de Pontevedra numerosas familias con el apellido Colón. (Uno un honor para España, pese a los que de los ilustres concursantes, coronel del ejército inglés, lo demuestra en forma irrefutable). Algunos historiadores, y la ignorancia y mala fe de escritores antiguos y modernos, han tratado de tergiversar el apellido, desconociendo, por lo visto, una carta, guardada en el archivo del duque de Veragua, en la que el Rey de Portugal se dirige a Cristóbal Colón llamándole COLON, lo que prueba que, cuando vivía en Portugal, pobre y desvalido, y solicitó de esta nación los auxilios necesarios para realizar su descubrimiento no usaba otro nombre ni apellido.
Como las discusiones en las Academias y en la Prensa jamás hubiesen tenido una finalidad práctica, hubimos de estimar que un concurso que facilitase la aportación dé. indicios y pruebas sobre la nacionalidad del inmortal navegante era el mejor servicio que podíamos prestar a la verdad histórica, y de ahí el concurso internacional abierto por ABC, cuyo resultado será conocido en plazo próximo.
LA NACIONALIDAD DE CRISTÓBAL COLÓN
Por la importancia que reviste el concurso convocado por A B C para esclarecer de una manera definitiva e indiscutible la verdadera nacionalidad de Cristóbal Colón, y en vista de que recibimos numerosas solicitudes en este sentido, queda prorrogado el plazo para la entrega de trabajos con destino a dicho certamen hasta el día 15 del mes de Junio próximo.
LA NACIONALIDAD DE CRISTOBAL COLON
La rutina hizo aceptar, hasta hace muy pocos años,-la-“seguridad” de que Cristóbal Colón era genovés. Desde los epítomes de. la escuela primaria a las páginas de los modernos estudios históricos, esa certeza se estampaba como un axioma, y ninguno dé los investigadores que buscaban ampliación- a las fuentes sobre el descubrimiento de América,, tropezó con el menor indicio que estableciese la duda sobre la patria del glorioso navegante.
Pero, inesperadamente, D. Gelso García de la Riega, ilustre escritor e historiador, recaba para Galicia el orgullo de ser la cuna de Colon. No se trata de una afirmación apriorística de que era español, y una hipótesis a demostrar sobre la región concreta del natalicio, sino que, desde luego, se asegura que Colón vió la luz primera precisamente en tierra de Pontevedra. Y al punto comienzan a surgir nuevos investigadores con aseveraciones rotundas de que Colón nació en otras comarcas de la Península. Sin contar los que le suponen portugués, hay ya, desde hace meses, alegatos para otorgar la gloria a Vizcaya y a Extremadura, y ahora; en Barcelona, se proclama que el descubridor del Nuevo Mundo fuecatalán.
ABC ha procurado ofrecer la ocasión y el medio de una demostración pronta y definitiva, y para ello abrió el concurso, cuyo plazo finaliza el día 15 del corriente mes de Junio con toda clase de seguridades y con un premió, de cuantía no igualada en semejantes concursos periodísticos, que alcanzará quien demuestre la nacionalidad española del inmortal descubridor!
Descartado, el supuesto lusitano» sobre él que no se ha formalizado estudio alguno, cualesquiera de los otros es igualmente halagüeño, puesto que coinciden en que Cristóbal Colón era hijo de España. Pero debemos declarar que, entre los varios e interesantísimos trabajos que ya tenemos en nuestro poder, no figura ninguno que corresponda, a las conferencias, y artículos de la tesis vizcaína o catalana.
La publicidad con que se ha defendido esas conclusionés—una de ellas, la catalana, en un culto centro barcelonés’; creemos que aconsejaba el que acudieran las propugnaciones a este concurso, -en el que ha de dirimir un alto Tribunal internacional, después de competente y detenido estudio.
Lss investigadores qué proclaman, la seguridad de demostrar su afirmación tienen en este concurso el mejor medio de hacerlo, y con las mayores garantías para el fallo: Si no acuden, no lograrán convencer a nadie de la solidez de su trabajo y reproducirán a su costa aquella jocosa anécdota del cosechero de Jerez, que habiendo recibido la visita de doña Isabel II, y, cuando al retirarse la egregia señora elogiaba los Ovinos que se le habían dado a gustar, exclamaba: “¡ Pues aún tengo otro mejor!”; a lo que la Reina hubo de responder “¡ Pues’ guárdalo ‘para mejor ocasión !'»’ ‘ – –
A esos voluntarios abstenidos de concurso de A B C, habremos de decir lo mismo.
Cristóbal Colón, español
Berlín 16, 11 noche. Ante numerosa concurrencia, en la que figuraban salientes personalidades de la colonia española y muchos alemanes amigos de la cultura de España. D. Teodosio Noeli ha dado, en la Universidad berlinesa, una conferencia acerca del «Descubrimiento de América». En el curso de la disertación expuso diversos argumentos, muy interesantes y sugestivos, en favor del origen español de Cristóbal Colón.
El Sr. Noeli, que fue muy aplaudido, terminó su conferencia con un brillante párrafo dedicado a las relaciones culturales entre España y los países hispanoamericanos.
¿Cual es la verdadera nacionalidad de Cristóbal Colón?
Cerrado el plazo para la admisión de originales a este concurso en el pasado día 15 del presente mes de Junio, publicamos a continuación los interesantes trabajos recibidos.
Oportunamente daremos cuenta de las personalidades que formarán el Jurado internacional, y en el que estarán representados Italia, Portugal. Estados Unidos, Hispanoamérica y España.
El premio ofrecido por ABC, que otorgará el citado Jurado, es de 50.000 pesetas.
Sres. Mansfield, de Londres.
Don Enrique Zas, de la Habana.
Don Prudencio Otero, de Pontevedra.
Miss Rena Pratali, de Gálveston Texas
William Giles, .de Vallington.
Kamara B. M. A., de Tánger.
Don Abel Pérez, de Asunción.
Don Ventura F. López, de Toledo.
Don Juan Sánchez y Sánchez, de Paterna.
Don Casimiro Morena Banderas, de Málaga.
Don Luis Suárez Pumariega, de , La Coruña.
Doña Agustina González López, de Granada.
Don José Pereira Hernández, de Mogodouro.
Señor marqués de Corvera, de Madrid.
Don Adrián Sánchez de Oliva, de Jerez.
Don Patricio Mariano Cabrera, de Avila.
Don Juan García Borrón, de Madrid.
Doña Teresa Condes, de Madrid,
¿CUAL ES LA VERDADERA NACIONALIDAD DEC RISTOBAL COLON?
Terminado el plazo plazo para la ‘admisión de originales, publicamos a continuación los interesantes trabajos recibidos.
Sres: Mansfield de ‘Londres (inglaterra).
Don Enrique Zas, de la Habana (Cuba),
Don Prudencio; Otero, de Pontevedra’.
Miss Rene Pratali de Texas (E. U.).
William Giles, de Vállington (Inglaterra),
Kamara B.- M. -A., de Tánger.
Don Abel Pérez, de Asunción (Paraguay)
Don Ventura F López, de Toledo.
Don Juan Sánchez, de Paterna.
Don Casimiro Moreno, de Málaga.
Don Luis S. Pumariega, de La Coruña.
Doña A. González López, de Granada.
Don J. Pereira, de Mogodouro (Portugal).
Señor marqués de Corvera, de Madrid.
Don Adrián Sánchez, de Oliva de jerez.
Don Patricio Mariano Cabrera, de Avila
Don Juan García Borrón, de Madrid.
Doña Teresa Condes, de Madrid,
Oportunamente daremos cuenta de las personalidades que formarán el jurado internacional, y en el que estará representado Italia, Portugal, Hispanoamérica, Estados Unidos y España.
El premio ofrecido por A B C, que otorgará el citado Jurado, es de 5,0.000 pesetas»
FALLO DEL TRIBUNAL ARBITRAL INTERNACIONAL PARA ESCLARECER LA NACIONAL!DAD DE CRISTOBAL COLON
La razón de este concurso. Personalidades que han formado el Tribunal arbitral. Trabajos recibidos. Un nuevo concurso para aplicar el premio de las 5o ooo pesetas.
Hemos patrocinado en nuestras páginas la tesis del origen español de Cristóbal Colón.
ABC pensó en la conveniencia de impulsar el estudio del tema y de llegar en él a una demostración que permitiese decir la ■última palabra, para lo cual abrió un concurso, cuyas bases tuvieron repetida publicidad en éste y numerosos diarios, y ofreció un premio de 50.000 pesetas al escrito r]ue mejor cumpliese las condiciones del certamen a juicio de un Tribunal internacional, elegido entre personalidades eminentes. Lo que el Sr. Luca de Tena, director de A B C áe propuso con esta iniciativa ya lo dijimos oportunamente: estimular con una recompensa positiva, muy superior. a la que suelen hallar, en el caso más favorable, trabajos como el que solicitaba; procurar el mayor lucimiento de los escritores que se afanan en estudios e investigaciones históricas para afirmar y realzar una gloria de España, y dar a esta patriótica labor toda la resonancia posible.
El Tribunal internacional, cuyos nombres debíamos reservar hasta la publicación del fallo, ha terminado ya su laborioso y difícil cometido, por el que le debemos y le expresamos profunda gratitud. Han compuesto el Tribunal: M. Pierre París, director del Instituto Francés, y uno de los mayores vestigios del magisterio universitario y de la cultura latina; el ministro del Uruguay, Sr. Fernández Medina, publicista de vasto ‘saber y de ilustre fama, doctor honoris causa por Salamanca; ‘el embajador de Portugal, Sr. Mello Barreto, que brilla desde hace muchos años entre las primeras figuras de la diplomacia lusitana, y el director de la Biblioteca Nacional, de Madrid, académico de la Española y de la Historia, Sr. Rodríguez Marín, de cuya autoridad en la tarea del concurso dicen más ‘que cualquier elogio la reputación y el caudal de sus obras eruditas. El embajador de Italia en España se excusó de formar parte del citado Tribunal.
Entre los trabajos que han concurrido al certamen hay no pocos de gran mérito, y todos son de mucha utilidad para la historia del descubrimiento y del descubridor; constituyen una contribución que honra a sus autores y merece beneplácito y agradecimiento de los amantes de la cultura.
He aquí el fallo:
“En Madrid, a veinte de noviembre de mil novecientos veintiocho, reunido el Tribunal arbitral internacional encargado de dictaminar sobre los trabajos presentados al concurso que el diario español ABC abrió en primero de agosto de mil novecientos veintiséis, para tratar de la verdadera nacionalidad de Cristóbal Colón, declara lo siguiente:
El concurso abierto por el diario A B C en mil novecientos veintiséis para contribuir a esclarecer la cuestión de ia. verdadera nacionalidad de Cristóbal Colón se refería a estos dos temas:
a) ¿Puede afirmarse que Cristóbal Colón, el descubridor del Nuevo Mundo, era español?
b) ¿Puede afirmarse que Crirtóforo Colombo, nacido en Génova, e hijo de Domínicus, fué el descubridor del Nuevo Mundo?
A este concurso se presentaron dieciocho trabajos, que suscriben los siguientes señores: .D. Ventura F. López, de Toledo; D. Juan Sánchez y Sánchez, de Paterna (Valencia); Kamara B. M. A., de Tánger; miss Rena Pratali, de Galveston Texas (Estados Unidos); D. Abel Pérez, de Asunción (Paraguay); D. Casimiro _ Moreno Banderas, de Málaga; D. Luis Suárez Pu- mariega, de La Coruña; doña Agustina González López, de Granada; D. José Pe- reira Hernández, de Mogadouro (Portugal) ; doña Teresa Condes,’ de Madrid; señores Mansfield, de Londres; D. Enrique Zas, de la Habana (Cuba); D. William Giles Nash, de Wallington (Inglaterra) ; don Adrián Sánchez, de Oliva de Jerez (Badajoz) : señor marqués de Corvera, de Madrid; D. Mariano Patricio Cabrera, de Avila;. D. Juan García Borrón, de Madrid, y D. Prudencio Otero, de Pontevedra. Estos fueron sometidos al Tribunal internacional que quedó compuesto por los Sres. D. Francisco Rodríguez Marín, Pierre Paris, Joao Carlos de Mello Barreto y Benjamín Fernández y Medina.
Los miembros del Tribunal han estudiado todos los trabajos presentados, y han llegado a establecer las siguientes conclusiones;
Primero. Respecto del tema a), consideran que ninguno de los trabajos presentados permite afirmar que Cristóbal Colón, el descubridor del Nuevo Mundo, era español.
Segundo. Respecto del tema b), algunos de los trabajos presentados ofrecen argumentación sólida contra la tesis de que un Cristoforus Columbo, nacido en Genova e hijo de Dominicus, haya sido el descubridor del Nuevo Mundo.
El Tribunal entiende que debe limitarse a resolver así las cuestiones señaladas en la convocatoria del concurso y con relación estrictamente a los trabajos presentados. Reconoce que algunos de ellos acreditan serio estudio y apreciables dotes de inteligencia en sus autores, principalmente los de los señores coronel Mansfield, W. Giles Nash, Prudéncio Otero Sánchez y Enrique Zas.
Al declarar, como lo hacen, que ninguno de los trabajos presentados al concurso de ABC merece el premio ofrecido, porque no ofrecen demostraciones suficientes ni se ajustan a los métodos científicos de la crítica histórica, tales como se requieren para este caso y para todos aquellos en que se trata de destruir una convicción o una afirmación generalizada, los miembros del Tribunal entienden también que este fallo no compromete sus opiniones personales sobre ias cuestiones que se refieren al verdadero origen o nacionalidad del descubridor del. Nuevo Mundo.—Francisco Rodrigues Marín, Joao Carlos de Mello Barreto, B. Fernándes y Medina, Pierre Paris.”
Para salvaguardia del Tribunal arbitral internacional conservaremos durante un año en nuestro poder los originales mencionados,, por si le fuera necesario consultarlos nuevamente, para hacer constar alguna referencia determinada.
Pasado un año desde la fecha del fallo, o sea el 21 de noviembre de 1929, los concursantes tendrán a su disposición dichos trabajos en la secretaría de Prensa Española,
La Dirección de A B C lamenta que no haya sido posible otorgar el premio de 50.000 pesetas ofrecidas en este concurso, y, en el deseo de que esa cantidad tenga aplicación inmediata, como recompensa para un trabajo dedicado a enaltecer el descubrimiento, conquista y civilización de América, abrirá un nuevo certamen, cuyas condiciones publicará próximamente, para premiar el mejor libro con destino a las escuelas hispanoamericanas y que pueda servir de texto en las mismas.
El fallo del tribunal dejó desierto el premio ya que ninguna Teoría consiguió la demostración plena, pero el diario ABC abrió un nuevo concurso:
La Dirección de A B C lamenta que no haya sido posible otorgar el premio de 50.000 pesetas ofrecidas en este concurso, y, en el deseo de que esa cantidad tenga aplicación inmediata, como recompensa para un trabajo dedicado a enaltecer el descubrimiento, conquista y civilización de América, abrirá un nuevo certamen, cuyas condiciones publicará próximamente, para premiar el mejor libro con destino a las escuelas hispanoamericanas y que pueda servir de texto en las mismas.
En este caso si hubo un ganador:
El Sr. D. Nicolás Espinosa Cordero ganó las 50.000 pesetas que estaban en un principio destinadas al primer concurso sobre la nacionalidad de Cristóbal Colón, se me ocurrió que si este libro trataba sobre la historia de España en América algo tendría que decir sobre Cristóbal Colón, adquirí el libro y mis sospechas eran acertadas, EL LIBRO GANADOR DEL SEGUNDO CONCURSO DEFIENDE LA GALLEGUIDAD DE COLÓN.
COLÓN
La idea de Colón. — La patria del descubridor del Nuevo Mundo. — Colón en Portugal. — Colón en España. — Los
DOCTORES DE SALAMANCA. — DESALIENTO DE COLÓN.
(1419-1491)
Ya hemos dicho que, rechazada la idea de la redondez de la Tierra, para substituirla por una tierra plana y circular, preponderó esta falsa creencia hasta que descubiertos, desempolvados y traducidos al latín los pergaminos de Ptolomeo, a principios del siglo xv, y prontamente popularizados, se volvió al antiguo concepto de la esfericidad de nuestro planeta.
Dijimos también que, a consecuencia de la inevitable inexactitud de los cálculos se atribuía a Asia una latitud enorme, de 180°, con lo cual las costas orientales de aquella parte del mundo distaban poquísimo de las occidentales de Europa, opinión corroborada por Marco Polo, que había descrito ya, como perteneciente al Extremo Oriente la isla de Cipango (Japón) y por el descubrimiento de las islas Azores, que sin duda debían ser una avanzada de aquélla.
En la creencia de esta proximidad, y desesperados
los portugueses en vista de que por más que sus naves descendían siempre por la costa de África no hallaban salida al mar que bañaba las Indias, enviaron numerosas expediciones al Oeste, en Diego de Teivi (1452), D. Fernando de Beja (1457), Joa Vogado (1462), pero nada encontraban.
Hacia Í474, Alfonso V el Africano, ya desesperanzado, escribió al astrónomo florentino Toscanelli, preguntándole si estaba conforme en que haciendo rumbo al Oeste se podía llegar a la India, a lo cual contestó aquél que era cosa que no admitía duda, pues así se deducía de las doctrinas de Ptolomeo: la distancia entre Portugal y la India había de ser mucho más corta haciendo rumbo al Oeste que no doblando África y poniendo luego la proa al Este.
Por si no fuera aún bastante enorme la equivocación de Ptolomeo y de Toscanelli, un tal Fray Mauro, geógrafo veneciano, ensanchaba todavía más a Asia y en vez de los 180° de marras los aumentaba todavía más; Toscanelli suponía a lo más 130° y Martín Behaim, en un globo de 1492, 120, de suerte que entre la grande isla de Cipango y las Azores apenas si habría 60o…
Este era el tema de todas las conversaciones en Lisboa, donde por entonces vagabundeaba un extraño personaje que se daba a conocer con el nombre de Cristóbal Colón. Este, con grande ardor, había hecho suyas las opiniones de Toscanelli y de Martín Behaim, y se ofreció a D. Juan II para llevar a cabo el viaje, pero el portugués no hubo de hacerle el menor caso, creyéndole un desvariado, y sobre todo, considerándole falto de toda garantía (1483).
Sobre el gran Cristóbal Colón se ha divagado mucho, comenzando por sus orígenes.
¿De dónde procedía aquel hombre que, echado de Colón poco menos presencia del rey de Portugal, vagaba ahora por los reinos de Castilla?
Según él había nacido en Génova, aserto sospechosísimo; tratándose de navegantes todos eran entonces de Génova, o por lo menos de Italia, como se hacen pasar hoy por italianos muchos tenores y sopranos hijos de Vitígudino o de Vich. Y en prueba de que ni los mismos italianos fiaban en su filiación genovesa es que posteriormente reivindicaron el honor de ser cuna del inmortal descubridor del Nuevo Mundo (aunque sin saberlo), Nervi, Buggiasco, Saona, Placencia, Cugureo, Calvi (y en este concepto sería Colón aragonés, como perteneciente a la sazón Córcega a la Corona aragonesa).
Tal vez, sin embargo, yerran todos, y sin ánimo de fallar en tan complicado litigio, nos inclinamos a la opinión del ilustre historiador gallego D. Celso García de la Riega, que le hace, con abrumadoras pruebas documentales, hijo de Pontevedra, habido en el matrimonio de Domingo Colón (sic) y de Susana Fonterosa, hija de un judío converso. (Digamos entre paréntesis que tal vez Colón tuviera igual ascendencia, pues consta que en 1489 se celebraron en Tarragona unos autos de fe, de judaizantes, figurando entre ellos un Andrés Colón, su mujer y su suegra.)
¿Y cómo con sus inmensas pretensiones podía presentarse Colón como un pobre gallego, precisamente en ocasión en que los Reyes Católicos no podían oir pronunciar este nombre, que era el del pueblo que con tanto tesón había apoyado la causa de D.a Juana de Castilla, tan poco caritativamente apodada la Bel– traneja?
«Colón, escribe el Dr. D. Constantino de Horta, hombre de clara inteligencia y especial organización cerebral, conocía las preocupaciones sociales de su siglo, y como había estudiado y viajado por Italia y navegado por los mares> entonces conocidos, con el fin de alcanzar nombradla, tener acceso y ser bien recibido en todas partes, empezó por ocultar o negar su verdadera patria, haciéndose pasar por genovés; a la vez que variaba o modificaba su apellido paterno Colón por el de Colombo, pues el apellido materno nunca lo había usado, por ser los marinos de aquel pueblo, los que de más fama disfrutaban y ser la República de Génova, la más floreciente y más mercantil del siglo xv y la que predominaba en el Mediterráneo.
»Además, Colón, con el fin premeditado de beneficiarse al comienzo de su carrera de piloto, nauta o navegante, con el prestigio que en aquellos tiempos tenían los navegantes genoveses y portugueses, se atribuyó nacionalidad italiana; pues nadie ignora, que al servicio de Castilla han estado italianos y portugueses, como Bocanegra, nombrado Almirante de Castilla por Alfonso XI, los Dorias, Lancarias, Magallanes, Cabotto y otros muchos que podríamos citar.
»Por aquellos tiempos, antes y después del descubrimiento de América, vivían en Italia los famosos marinos de apellido Colombo, siendo éste un aliciente para su popularidad y para ser admitido en las Cortes extranjeras, y también para la ayuda que pudieran prestarle los poderes públicos al saber que era miembro de una familia de marinos ilustres, a la vez que hijo de la populosa ciudad de Génova, dominadora del mar Mediterráneo.»
El ilustre americanista D. M. Rodríguez Navas recapitula como sigue las pruebas aducidas por el Sr. García de la Riega en demostración de su tesis. Colón no fué genovés:
«1.° Porque en toda la Liguria no se han encontrado vestigios ni rastros de la familia ni de la niñez del célebre navegante ni de sus ascendientes, maestros, amigos, vecinos o compañeros, aunque se sabe que residió en Génova y en Saona algunas [temporadas, desde 1458 a 1468.
»2.° Porque las ciudades de Albizola, Bogliasco, Calvi, Cossesia, Cúccaro, Cugureo o Cogdeto, Chiava- ri, Finale, Génova, Módena, Nervio Oneglia, Plasencia, Pradello, Quinto Saona y Terrarossa, todas italianas, que ansian la gloria de haber tenido la cuna de Colón, no han podido hallar datos históricos congruentes favorables a sus pretensiones;
»3.° Porque Colón no fué el primer navegante español que para darse importancia en ese orden de actividad se hizo pasar por genovés: lo mismo hizo el almirante Ramón Bonifaz, natural de Burgos (1260);
»4.° Porque en la escritura de fundación de Mayorazgo, extendida en 1498, insistió en llamarse Colón y no Colombo, como hasta entonces se había apellidado;
»5.° Porque en esa misma escritura de fundación, en la que puso grandísimo empeño, no designó familia, ni parientes, ni casa, ni fechas; solamente nombró a sus hijos D. Diego y D. Fernando y a sus hermanos D. Bartolomé y D. Diego, y, sin duda, estos últimos estaban en el secreto; y añadió que a falta de éstos podría heredar el vínculo que fundaba, algún varón que «aquí o en otro cabo del mundo» se llamase «de Colón». Para nada, en este caso, citó a Génova ni el apellido «Colombo»;
»6.° Porque en esa misma escritura, extendida por su mano, habla de su linaje «verdadero» de los «de Colón», para diferenciarlo del ficticio de Colombo, italiano;
»7.° Porque el adverbio «aquí» escrito por Colón en la escritura de Mayorazgo, sin duda significaba algo. Y, en efecto, resulta que el documento se firmó en Sevilla, y que en Córdoba se hallaba establecida desde 1448 una familia descendiente de un Bartolomé de Colón, natural de Pontevedra. Don Rafael Ramírez de Arellano publicó en el «Boletín de la Academia de la Historia» de Diciembre de 1909 un documento relativo al testamento hecho en Córdoba en 1489 por un hijo de Bartolomé Colón, «gallego». Y en Pontevedra había en 1428 un procurador de la Cofradía de San Juan Bautista, llamado Bartolomé Colón, probablemente hijo de Domingo de Colón, el Viejo, y hermano de Domingo de Colón, el Joven, padre de Cristóbal, de Diego y de otro Bartolomé;
»8.° Porque el apellido materno de Cristóbal Colón era Fonterosa, y se da el caso de que en todo el mundo no se ha encontrado ese apellido más que en Pontevedra, de España; se compone de las dos palabras gallegas Fonte-rosa, «Fuente roja»;
»9.° Porque la línea masculina del Almirante se extinguió en 1586 y nadie pudo reclamar con derecho directo y legítimo la pingüe herencia y los títulos de Colón;
»10. Porque Cristóbal Colón fundó dos familias, y los individuos de ella en varias ocasiones, algunas solemnes, siempre declararon que no sabían de dónde era natural el ilustre navegante;
»11. Porque Cristóbal Colón no sabía ni aun rudimentariamente la lengua italiana, pero escribía la castellana con la soltura de cualquier español de alguna más que mediana instrucción y conocía, además, la lengua latina, pronunciada y, por tanto, escrita a estilo español;
»12. Porque los testimonios de los que conocían a Colón antes de 1492 lo creían portugués, sin duda por su pronunciación: así pensaban el florentino Tosca- nelli y los genoveses Gallo y Giustiniani;
»13. Porque a pesar de la resonancia del descubrimiento y del nombre del descubridor, no hubo en Génova una voz que se alzara en honor de su supuesto hijo o de sus padres, parientes o allegados;
»14. Porque ninguno de los historiadores o cronistas italianos de la época — Gallo, Giustiniani, Fo- glieta, Trivigiano, Senarega y Allegretti — aportó ningún dato acerca de la vida del descubridor, ni de su origen o de sus parientes;
»15. Porque los cronistas residentes en la corte de Castilla durante aquella época, el italiano Pedro Mártir de Anglería, y los españoles Andrés Bernáldez, Gonzalo Fernández de Oviedo, el mismo Fernando Colón y aun el padre Las Casas, nada saben del origen y familia de Colón, aunque alguna vez lo llamen el de la Liguria o el hombre de Génova, porque así se decía él mismo;
»16. Porque es evidente que Cristóbal Colón no pudo casarse con su amada Beatriz Enríquez, y — según cláusula del Codicilo de 1506 dictado por el admirado almirante — «la razón dello non es lícito de la escrebir aquí» — ni sus hermanos pudieron contraer matrimonio legalmente, porque no pudieron o no quisieron decir quiénes eran sus abuelos y dónde sus padres y ellos mismos habían nacido y vivido, don Fernando, hijo de Cristóbal Colón y de Beatriz Enríquez, en su «Historia del Almirante», concluida en 1537, después de haber hecho frecuentes viajes a Italia, especialmente a Génova, Plasencia y Saona, afirma que ignoraba la procedencia de su padre; pero da a entender que era de muy humilde origen, falta gravísima en los siglos xv y xvi;
»17. Porque el apellido Colombo es italiano y el de Colón es español; y si bien el descubridor del Nuevo Mundo adoptó al venir a España el de Colombo, es indudable que durante su residencia en Portugal, especialmente en Aveiro, había sido conocido por Colón, apellido que el Almirante «volvió a renovar», según dice su hijo D. Fernando;
»18. Porque el insigne cronista Pedro Mártir de Anglería, italiano, que habló muchas veces con Cristóbal Colón, no cita a éste con el apellido Colombus, como le habría sido grato, sino con el de «Colonus»;
»Y 19. Porque el mismo Almirante en la escritura
Al final, el Colón gallego ganó las 50.000 pesetas