Colón en Canarias
Santiago de Vandewalle
Resulta del diario de Colón, que el jueves 9 de Agosto de 1492, entró en el puerto de las Isletas de Gran Canaria, con objeto de adobar el buque La Pinta, componer el timón y cambiar de velamen, y si encontraba otra embarcación mejor, cambiarla por la de Pinzón.
Sin duda no halló buque que cambiar, puesto que después de dejar La Pinta en el puerto (tal vez varada en las arenas) se trasladó con La Santa María á la Gomera, adonde llegó el 12 del mismo mes de Agosto, regresando á la Gran Canaria, donde se terminó la composición de La Pinta, «con mucho trabajo y diligencias del almirante de Marina Alonso y de los demás.»
Terminada la composición del buque, se dirigió Colón nuevamente á la Gomera, con toda la escuadrilla, fondeando en aquel puerto el 2 de Septiembre, de donde salió el 6 en demanda de las Indias.
En los sucesivos viajes siempre hizo escala Colón en Las Palmas, unas veces, y en la Gomera otras, llevando al Nuevo Mundo colonos y plantas de caña dulce y plátanos de aquellas islas, apareciendo una de sus cartas fechada en Canaria1.
Desde la fundación del Real de Las Palmas, hasta que Colón arribó á esta ciudad, solo habían transcurrido nueve años. De los primitivos y poquísimos edificios construídos hasta entonces, en el sitio llamado San Antonio Abad (primera población), solo se conserva la única casa de un piso alto donde habitaba el gobernador de la isla, Francisco Maldonado, pues la que sirvió de Audiencia, y que era de planta baja, ha sido derribada en nuestros —53→ días y construída de nuevo, y la iglesia donde se estableció la catedral, al ser trasladada de Lanzarote, si bien algunos muros interiores de ella son primitivos, el edificio, en general, es relativamente moderno.
Al llegar Colón á Las Palmas, se encontraba allí Alonso de Lugo preparando su expedición para conquistar la isla de la Palma, por lo que se hallaba el puerto lleno de soldados, armas y víveres, siendo probable que ese considerable número de personas durmiera á bordo de los buques por falta de edificios en que albergarse.
Dada la importancia del cometido de Colón, la de él mismo y la necesidad de pedir auxilios á la primera autoridad de la isla para componer el buque y cambiarlo, en su caso, en un país en que nueve años antes ni aun se conocía el hierro, es más que probable que el insigne marino exhibiera su comisión al gobernador y que éste no le dejara comer ni dormir en el campo, sino que le alojara en su casa, creencia confirmada por la tradición y por el nombre de Colón que lleva la calle donde está la casa referida, cuyo frontis se conserva perfectamente cuidado y revocado por su dueño, á pesar de haber reconstruído el edificio en su interior, hará veinte años2. Como el Ayuntamiento de Las Palmas y su archivo fueron presa de las llamas el año de 1812, y los documentos más antiguos que se conservan en las parroquias no alcanzan fechas anteriores á 1515, de aquí que solo por tradición inmemorial y por la lógica de los hechos se pueda justificar hoy que Colón habitó la casa del gobernador Maldonado.
Es probable que en el archivo de los Sres. Duques de Medina-Sidonia se encuentren documentos justificativos y referentes al asunto, porque Alonso de Lugo se entendía por entonces con dicha casa, que le proporcionó buques, soldados y recursos para la conquista de la Palma y Tenerife, no pareciendo natural que acontecimiento tan extraordinario pasara desapercibido al adelantado —54→ Lugo, máxime cuando personalmente conoció y no pudo menos de tratar á Colón.
Por lo expuesto se comprende que la omisión en el Real decreto de 1888, de la ciudad de Las Palmas, en lo referente al centenario de Colón, debiera corregirse, acordando que en esta población, y aun en la Gomera, se perpetúe la memoria del insigne marino, con algún recuerdo del Gobierno de S. M.
Madrid 12 de Diciembre de 1890.