Prudencio Otero Sánchez

 

Prudencio Otero Sánchez

Prudencio Otero Sánchez .- Nació en 1847 y falleció en 1936 en Pontevedra. Presidente del Casino de Pontevedra, fue el continuador de la labor de Don Celso García de la Riega, fruto de sus investigaciones fue la publicación del libro «ESPAÑA, PATRIA DE COLÓN«.

OTERO SÁNCHEZ, PRUDENCIO (1848 – 1938)

Vinculado á Pobra do Caramiñal, vila na que posuía o Pazo do Colo de Arca, tivo amizade e parentesco con Valle-Inclán, ao que lle pediu un prólogo para a súa obra España, patria de Colón (Madrid, Biblioteca Nueva, 1922), pero que non se atreveu a publicar polas ácidas críticas de Valle cara aos galegos, prólogo que non se editou ata marzo de 1987, cando o publicou Rafael Landín Carrasco. En embargo si puxo Prudencio Otero á fronte da súa obra unha breve carta de Valle:

“Querido Prudencio:

 

 

España, Patria de Colón - Descargar libro
España, Patria de Colón – Descargar libro

He leído la trova Memorare novissima tua y otras canciones atribuídas al almirante e insertas en el Libro de las profecías. Yo soy lego en estos achaques de erudición y no sé si está en duda la paternidad de estas canciones. Pero a lo que yo alcanzo, ni por léxico ni por la construcción parecen de extranjero. No deja de ser extraño que el Almirante haya olvidado de modo tan cabal el italiano, y que, sin embargo, aparezcan en algunos de sus escritos modismos luso-galaicos.

Te estrecha la mano tu pariente. Valle-Inclán”
A obra de Otero sostén a tese da orixe galega de Colón, tema moi polémico na época e sobre o que existe abundante bibliografía galega, e tema no que foi precursor o pontevedrés Celso García de la Riega (1844 – 1914) coa súa obra Colón español. Su origen y patria (1914). Outros galegos defenderon con ardor esta tese do Colón galego, entre eles Constantino Horta y Pardo, morto en 1923, autor de La verdadera cuna de Cristóbal Colón, Luís E. Rey, José Rodríguez Martínez, autor de Colón español, hijo de Pontevedra (A Coruña, 1920).

Valle-Inclán, chega a verquer expresións coma estas:

“Lo indudable, es el alma gallega que lleva en su almario, el Almirante: Era solapado y tenaz: Amigo del dinero, y cruel en el mando: Receloso y envidioso. ¡Y tan desconfiado, que dondequiera sospecha traiciones! Su iluminismo práctico, parece de entre Miño y Sil”.

O prólogo de Valle-Inclán, trala publicación feita por Rafael Landín, está reproducido na obra de Valle Varia (Madrid, Espasa-Calpe, 1998).

Lanza Álvarez, non moi fiable nos datos, anota que naceu en 1846 e que a primeira edición da súa obra é de 1911.
En el año 1922 publica en Madrid con muy buena crítica el libro «España, patria de Colón» donde pide el reconocimiento oficial de la patria española de Colón, además de hacer extraordinarias revelaciones. (Madrid, Biblioteca Nueva, 1922),

Rafael Calzada: Diputado provincial de Pontevedra, el que más ha batallado seguramente en busca de elementos de convinción para ser agragados a los que ya conocemos y uno de los mayores sacrificios se han impueto para sostener a flote la causa del Colón Pontevedrés.

 

Prudencio Otero Sánchez


Descarga aquí el artículo publicado en ABC el 03 de julio de 1926

 

LA PATRIA DE CRISTÓBAL COLÓN

Esta campaña de A B Q removedora en la calle de un problema de reivindicación de la verdad histórica Cine ha venido debatiéndose en estamentos y esferas científicas, ha tenido la virtud de hacer reaccionar el espíritu popular en un movimiento de interés y de noble curiosidad hacia los resultados y los esclarecimientos definitivos de la tesis: Colón no era italiano; Colón nació en España.

«En Galicia, singularmente, en donde ,1a cultura popular esta iniciada y despierta con respecto a estás investigaciones, cuyo curso tuvo y tiene en aquella tierra ilustres pro-pugnadores tenaces, vibra la conciencia colectiva al conjuro de la obra re i. vindica dora. El Comité ¿1Pro Patria Española de Colón»-, que preside en Pontevedra hombre de esclarecida estirpe galaica y de personalidad relevante, D, Vicente Riestra Calderón; las corporaciones y entidades gallegas, tan celosas de su españolismo y ejemplar regionalismo tan ufanas de sus glorías porque dan gloria a España; los cultos, perseverantes ¡varones que en el estudio de h nacionalidad nativa de Colón han encanecido, alentados siempre por un ideal patriótico y por un recto sentido de la verdad histórica incompatible con la fácil rutina; el pueblo ti e Galicia, en fin, no por convencido de esa verdad, ¿menos dispuesto a la aportación cíe cuantos datos reiteren la evidencia y la divulguen, asisten con tan gran espíritu coercitivo, que es aliento y estímulo redoblados, a esta campaña popular.

Con el Sr. Riestra Calderón ha venido a Madrid estos días un hombre venerable» en cu>ro corazón! animoso y en cuya inteligencia vivaz, tienen la claridad y los efluvios de la primavera de 3a vida la coquetería de vestirse con los ampos de su ancianidad- Hemos citado a D. Prudencio Otero Sánchez. Cuenta el Sr. Otero ochenta años. Su viaje a Madrid no tiene otro objeto que expresar su adhesión entusiasta, fervorosa, a la campaña, a la que ya él viene consagrando desde hace quince anos desvelos, estudios, afanas, todo su temperamento, toda BU fibra, todo su espíritu de hidalgo caballero. El Sr. _ Otero, muerto aquel gran español y sabio investigador que se llamó D, Celso García de la Riega, es en Galicia con algunas otras figuras eminentes de esta cruzada—entre las cuales es justo citar a D, Ramón Peinador el adalid de la tesis “Pro- Patria Española de Colón», Con esta bandera, empenachada sobre un patriotismo dinámico, militante, D. Prudencio Otero, ha ido a América a predicar la verdad histórica, ante la cual su convicción se rinde: con esta bandera dio en la Casa de Galicia, en Buenos Aires, en 1920, una conferencia que descerró entusiasmo inmenso.

Ese ideal como impulso, fue el que promovió en el ilustre prócer .el designio de publicar en el año 1917 su libro acerca de la patria de Colón, libro en cuyas páginas han de buscarse importantísimos elementos de juicio acerca de la gran cuestión histórica; libro que generosamente divulgó, sin sombra de ánimo lucrativo ni siquiera. remunerador. Palpitante de entusiasmo por ese ideal de su ancianidad venerable, el señor Otero se propone volver a América, cruzar por décima o duodécima vez el Atlántico, pero ahora no surcando Tas aguas, sino volando en el primer dirigible que haga la travesía entre España y el nuevo Continente. ¡Así son de recios, de templados, de animosos e invictos los ochenta años de don Prudencio Otero …!

Hemos creído de alto interés en esta hora de revisión del problema histórico colombino, conversar con el Sr. Otero, cuya autoridad en esta cuestión ofrecía al periodista coyuntura propicia para divulgar, en términos concretos de hechos, al alcance de todos—que es decir periodísticamente—, y para elucidar claramente los fundamentos y la conclusión de la tesis consabida; Colón no era genovés; Colón fue español.

La campaña iniciada espontáneamente por D. Torcuato Luca de Tena, en ABC.

Nos dice él Sr. Otero me produce una de las más hondas emociones de mi vida: a saber: que, al fin entreveo la seguridad de que no me moriré sin ver el fruto de una cruzada, a la que vengo consagrando cuanto soy. Ahora, y no antes de ahora, es cuando el Sr. Otero cree que nos hallamos cerca del momento, más que esperado, soñado—tan contumaz y arraigado Ira venido siendo el error—en que resplandezca la verdad.

Es necesario—observa nuestro interlocutor— que previamente se destruya lo que, sin base, está mal construido. Lo demás, construir de nuevo, se hará después. Por ahora demostremos o, mejor dicho, divulguemos cuanto sea menester que Cristóbal Colón 310 fue italiano. que d descubridor genial del nuevo Continente no tiene nada que ver con e! Cristoforo Colombo de Genova.
Tras los cristales de sus gafas doradas centellean los ojos vivaces, expresivos, del caballero del ideal. La ancianidad no ha podido ensombrecer la luz de aquel mirar inquieto, claro, sagaz.

Creo—prosigue D. Prudencio que para enfocar periodísticamente la cuestión basta con establecer la incompatibilidad de fechas entre, la existencia del Cristóforo Colombo, genovés, y de «nuestro» Cristóbal Colón, del Colón gallego, del Colón español, del único Colón, Vea Usted; estamos todos conformes en aceptar el diario de navegación de Colón; pues bien, en él dice «que anduvo veintitrés años navegando, sin estar en ningún puerto tiempo que pueda, contarse». Esos veintitrés años fueron anteriores al año I470 fecha en la cual llega a Lisboa Colón para navegar durante seis años (1470-1470 por las costas de África Está asimismo admitido, so pena de recusar la manifestación de Fernando Colón, hijo e historiógrafo del descubridor de América, que Colón se embarcó por vez primera teniendo catorce años de edad. Es decir, que en 1470 Colón tenía treinta y siete años, «Veamos ahora añade el Sr, Otero, prescindiendo ya de nuestro Cristóbal Cotón, ¿qué era por esas fechas del Cristóforo Colombo, genovés? Según acta notarial de la «Raccolta colombinaí?—tampoco creo que sea recusable la fuente—, el año 1470 tenía el Colombo diez y nueve años y residía en Genova; dos anos más tarde, en 1472, a los veintiún años, continuaba en Genova, siendo tabernero y tratante en lanas. En 1473 seguía en Genova.

Es decir, que mientras Cristóforo Colombo trata en lanas y es tabernero, con diez y nueve años_de edad, arriba a Lisboa un hombre de treinta y siete años que ha navegado veintitrés, según propia declaración. ¿Puede ser este hombre el Cristóforo colombo de Génova? ¿No es evidente la incompatibilidad de fechas? Pero, además, ¿no es absurdo que el cardador de lanas, aún suponiendo que hubiera aparecido un buen día en Lisboa en 1470 – lo que es imposible, pues en esa época estaba en Génova, se mostrara avezado a la vida de mar? ¿Dónde aprendería a ser marino y la difícil, complicada nomenclatura de las galeras? ¿Acaso en la taberna? ¿Tal vez en el mercado de lanas…?

El edificio se viene abajo, amigo mío nos dice el Sr. Otero, Es la primera labor a realizar: destruir lo que está mal, torpemente construido. Para edificar la nueva tesis “Colón fue español”, una vez desechada la tesis “Colón era genovés”, diré a usted…

Pero las interesantes manifestaciones, las fundadas conjeturas, los evidentes signos en que D. Prudencio Otero cimenta el nuevo edificio de la tesis española han de ser materia de otro artículo.


GÉNESIS DE LA OBRA DE CELSO GARCÍA DE LA RIEGA

 

«COLÓN, ESPAÑOL»

Por PRUDENCIO OTERO SÁNCHEZ (Este trabajo ha sido exiraciado de la obra de Olera Sánchez «ESPAÑA, PATRIA DE COLÓN«, cap. I. publicada en 1922)

Hace más de treinta años reuníanse en el escritorio de D. Castro Sampedro fundador y presidente de la Sociedad Arqueológica de Pontevedra, y más tarde cronista de su provincia, varias personas amantes de las glorias patrias y de nuestra región gallega, entre ellas los señores D. Alejandro Cerda, ingeniero jefe de Obras Públicas de esta provincia; D. Celso García de la Riega, historiador, publiciía, ex diputado a Cortes, ex gobernador, etc., el malogrado y cultísimo joven D. Carmelo Castiñeira, abogado y peritísimo en asuntos de arqueología; D. José Casal y Lois, D. Luis Gorostola, y otros que fueron los primeros socios de la Arqueológica Pontevedresa, y que, alentados por su fundador, perseguían con interés todo objeto antiguo del cual poseían noticias para que su museo fuese digno de figurar entre los primeros del mundo.

En busca y captura de objetos y documentos que tuvieran interés con el logro de sus propósitos, el Sr Sampedro y el Sr. Castiñeira encontraron en el archivo del Ayuntamiento de Pontevedra unas hojas en pergamino, en una de las cuales constaba debérsele a Ds. (Domingos) de Colón Bn, (Benjamín) Fonte-rosa varias sumas de maravedíes por alquiler de unas muías para llevar pescado al arzobispo de Santiago.

El hallazgo» fue la comidilla dé las personas de mayor o menor cultura de esta población y el primer rayo de luz que alumbróla idea de que el descubridor del Nuevo Mundo fuese pontevedrésla dio D. Casto Sampedro, diciendo a sus amigos y contertulios, entre los que se hallaba García de la Riega, que puesto que aparecían varios Coiones, se hacía preciso seguir su huella, porque el estar unidos los dos apellidos de Colón y Fonterosa en un mismo documento eran indicios importantísimos.

Esta fue la base de la conferencia de García de la Riega ante la Sociedad Geográfica de Madrid (20 de diciembre de 1898) y el punto de partida, más tarde para escribir su obra «COLÓN, ESPAÑOL«. Hombre activo y de imaginación, se consagró sin descanso a revisar el archivo de las Cofradías, que existía en casa de los notarios Vázquez, que poseía el hijo político del último notario, D, Joaquín Nuñez, y con el hallazgo de otros documentos, que agregó al primeramente encontrado en el Ayuntamiento, dio en Madrid la citada conferencia.

Después continuó buscando nuevos elementos para escribir su.libro «Colón, español», hasta que la fatalidad quiso que se produjese el incendio en la casa matriz de los notarios Vázquez, quemándose los papeles que en ellos se hallaban. En una de las visitas que hice a mi amigo La Riega antes de irme a América allá por el año 1907, tuve en mis manos todos los documentos que él compulsara, y declaro que no vi en ninguno de ellos la más mínima alteración; pero sí recuerdo que en algunos podía leer con dificultad (pues la acción del tiempo pusiera la tinta amarilla y desvaida), valiéndome de una lente, el apellido Colón, y en otro, al terminarla segunda o tercera linea, el apellido Fonterosa. Por aquel entonces estaba casi ciego García de la Riega, y apenas salía a la calle, pues entre la ceguera y un fuerte ataque de gota, se hallaba imposibilitado para caminar.

Al regreso de otro viaje mió a Buenos Aires, en 1913, hallé publicada la obra de La Riega y a éste próximo a morir; y la repercusión de lo escrito por La Riega fue tal en España y en el extranjero, que alguna de las naciones americanas variaron sus libros de enseñanzas, salvando el error histórico que el Almirante, por su propia conveniencia, quiso producir al estampar en su Institución Mayorazga «de Genova salí y en ella nací».

Próspero Pichardo Arredondo

Habana. Cuba, Octubre de 1936

12 DE. OCTUBRE DÍA DE ESPAÑA» EL 12 de Octubre de 1492 señala un cambio, de proporciones y posibilidades extraordinarias, tan radical en la Historia del Mundo y para la idea que del último se tenía formada la humanidad estudiosa, que por sólo ese hecho, de no contar con otros muchos que le dan derecho a la consideración y respeto de todos los pueblos civilizados, seria España inmor. tal. En aquella fecha memorable cual ninguna otra, se deshizo, el encanto y se disipó el misterio que envolvía al Mar Tene¬broso, como llamaban los hijos del medioevo al Océano Atlán¬tico, con el resultado del viaje que a través de aquél reali¬zara Cristóbal Colón, dando cima a la más alta empresa que la Historia registra en sus anales. América, nombre derivado del de Américo Vespucio, italiano al servicio de España, sólo a Colón y a España que puso a su disposición toda, clase de recursos para la consumación de su empresa, debe su descubrimiento. Por esa y otras múl¬tiples razones, si Objetivamente no es para nosotros más que una entidad geográfica ya definida/ subjetiva e histórica¬mente tiene más hondos motivos de interés y simpatía, por lo que nos afecta cuanto a ella se refiera. Lio primero, por¬que si bien en ramas nuevas del viejo tronco ibérico, en el Nuevo Mundo florecieron los primeros retoños del almendro de nuestros amores; y lo segundo, porque América es el tes. timonio vivo de lo que es capaz un pueblo, en este caso sin¬gular el español, puesto al servicio de una causa, no importa que a veces algo enturbiada por las humanas pasiones, ya que siendo ellas parte integrante señaladísima de nuestra constitución interna y social, siempre hemos tenido el valor de reconocerlas, por lo que su existencia resulta menos acreedora a la censura. A este respecto, pop fortuna, las mentes más claras y rectas de América afirman cada día más conscientemente la gran¬deza de la obra realizada por España en esta parte del Mun¬do. Y todo ello gracias a la labofr depuradora: y comprensiva –que se viene efectuando para rendir a la verdad el tributo que le deben todos los hombres honrados. No siendo España un país habitado por dioses buenos, ya que los hay malos, juzgada la obra de aquélla con ánimo inteligentemente com¬prensivo, no debe sorprender fundamentalmente a nadie que hubiese errores, y hasta crímenes, y algunos monstruosos. Ne¬garlo, sería ignorancia; pero ocultar, negar, o desvirtuar la verdad de los hechos representados por la obra maravillosamente gigantesca, cultural, misionera y heroica, mente esforzada, —que referida concretamente a lo aludido, sí parece más de seres superiores que de vulgares mortales—, es maldad manifiesta, y cobarde; como lo es el odio que, maliciosa y mal¬intencionadamente, cultivan algunos historiadorci-llos de segunda o tercera mano, incapaces e impo¬tentes culturalmente para acercarse a las fuentes puras, cristalinas, ungidas por el polvo de los si¬glos, donde se guarda, pero no se oculta, la ver¬dad documental; y que ahí está para cantar eter¬namente el generoso esfuerzo y la buena voluntad puestas de relieve por los gobernantes que fueron de España. Y a quienes nos repitan la cantilena de que los Virreyes y demás representantes de la autoridad real no siempre fueron fieles cumplido¬res y ejecutores de la justicia que por aquélla era mandado hacer, les diremos que tienen en muchos casos razón, sí; pero, es que el grado de adelanto cultural, moral y en muchos casos material tam. bien, logrado por la América que fue nnestr, ¿es en algo comparable, teniendo presentes las circunstan. cías modificativas de tiempo y espacio, al alcanzado por las colonias de otros países europeos? ¿Podrá negarse, utilizando armas nobles, el hecho real, evidente, efectivo, indiscutible, de que* con cuantos defectos quiera imputársenos, España, quizás me¬jor hijos de España, realizaron lo que el gran poeta Salvador Rueda llamó «El milagro de Amé¬rica», de aprender la casi •totalidad de las lenguas de este Continente, como para no traicionarse, traduciéndose, que diría Unamuno, y hacer, así, más íntima y cordial la compenetración entre con¬quistadores y conquistados? Y lo de la instalación de la ‘magnífica invención de Gutenberg en Mé¬jico, casi un siglo antes dé que Inglaterra, «la sa¬bia», pusiese la primer imprenta en los hoy Esta¬dos de la Unión Americana, ¿quién lo hizo sino España? Y los numerosos Colegios de casi todas las Facultades, y Universidades magníficas insta¬ladas en diversos países del vasta Continente ame. ricano, ¿fueron acaso los naturales de por acá. quienes realizaron esa maravilla? Mal se puede tapar el sol con un dedo, como pretenden algunos. Y- aún hay algo mucho más grande, pop cuanto significa de falta, si queréis de escrúpulos, pero también de prejuicios, que no antes sólo, sino aho¬ra todavía, tienen algunos pueblos ante quienes, necesitando siempre un amo, se inclinan reveren¬tes muchas gentes de América; nos referimos a co¬mo el español puso los cimientos biológicos para, la que José Vasconcelos llamara la Raza Cósmica de América; raza que si ahonda lo conveniente y necesario para justificar el derecho de permanen- cia en la Historia, mucho puede laborar en el) sen¬tido de hacer del Nuevo Mundo el inmenso refu¬gio donde acogerse todo el sobrante humano de Oíros puntos del planeta, siendo de advertir, para conocimiento de algunos suspicaces, que rara vez emigran los débiles, que no podrían afrontar las visicitudes inherentes a todo viaje de continente a continente. ¿Para qué seguir? Siendo! infinito el número de puntos dignos de se¬ñalarse, cuya sola indicación redundaría en ma_ yor honija para nuestra Patria, es por lo que en¬tendemos que los Españoles de hoy no debemos te¬mer en absoluto a la justicia—entiéndase bien: justicia—histórica, porque cuanto mejor sea cono¬cida aquélla, su veredicto nos elevará aún más en el concepto de la humanidad. Por todo etlo, cuanto tienda a deslindar y puri-ficaí la verdad histórica, bienvenido sea; y para todos los Zoilos que, como los hongos, se dan en todas partes, nuestro desdén, arma mucho más terrible que las que matan, pues hiere mortalmen-te a la dignidad del ofensor, sin matar la envol¬tura carnal del mismo. Y esto, porque España puede decirles a sus gra. tuitos detractores, parodiando las palabras de Je¬sús a sus enemigos, que pedía que, donde no cre¬yesen en sus palabras, creyesen en sus obras; así, pu.es, lo menos a que tiene perfecto derecho es a que, aunque la nieguen a ella, reconozcan) la gran¬deza de su obra.

COLÓN

Por la fe de la Reina Castellana

fue Colón otro Dios ante la Historia:

dio un Mundo nuevo a la Nación Hispana

y remontó su nombre hasta la gloria.

Cuando pisó la selva americana

llevó, con el laurel de su victoria,

idioma, religión, sangre espartana,

de Iberia la brillante ejecutoria.

Pasaron siglos y surgió el agravio;

pero no hay rencor, que una caricia

llevó besos de amor, de labio a labio.

Y hoy el Mundo, nimbado de justicia,

pregona que el marino augusto y sabio,

tuvo su cuna en la viril Galicia.

Próspero Pichardo Arredondo (cubano)

Perfecto Feijoo Poncet

Elegido secretario después de la conferencia del Médico Rodríguez en Pontevedra en noviembre de 1919

El comité directivo de Pontevedra designado después de la conferencia pronunciada por el doctor Rodríguez Martínez, «colón español», quedó constituido de la siguiente manera: Presidente, don Vicente Riestra Calderón; vicepresidente, don Prudencio Otero Sánchez y alcalde de Pontevedra; secretarios, don Isidoro Millán y don Juan Bautista Andrade; contador, don José Otero Búa, tesorero, don Santiago Riestra Calderón; vocales, don Agustín Sobrino, don Valentín Villanueva, Don Perfecto Feijoo Poncet, directores de los Establecimientos docentes presidentes del Casio y Artesanos, y directores de «Diario de Pontevedra» y el Progreso.

Pedro de Frutos

Para Pedro de Frutos, autor del libro «El enigma de Colón» la hipótesis gallega es la que ofrece mayor cantidad de pruebas a su favor.
Según Pedro de Frutos en su libro “El enigma de Colón” “el nacimiento de Colón, en lo que refiere a fecha y lugar, es un enigma. En la actualidad solo tres lugares parecen sobrevivir con garantías como cuna del almirante: Cataluña, Galicia y Génova.”

La tesis gallega es la que más adeptos tiene porque se basa en :

1-El idioma: Colón jamás se expresó en italiano puro. Su latín era el que se enseñaba en Galicia, al tiempo que los vocablos gallegos y lusitanos completaban sus escritos.

2-El lugar: Celso García de la Riega descubrió en los archivos de Pontevedra unos documentos referentes a una familia judía del siglo XIV apellidada Colón y varias de estas personas coincidían con los parientes del navegante: Domingo, Cristóbal y Bartolomé.

3-Autos de fé: En Tarragona figuran entre los condenados en 1489 un cierto Andrés Colón, su mujer y su suegra por hacer observado los ritos judíos.

4-El apellido de la madre: Alberto Liamgot en la obra mencionada cita un párrafo interesante sobre la afirmación de Bension Golberg realizada en su libro “Historia de los Estados Unidos” : “Estudios que se han hecho señalan que en 1435 había en Pontevedra un Abraham y un Eliezer Fonterrosa y que la madre del Descubridor, doña Susana Fonterrosa, tuvo ascendientes de nombre Jacob y Benjamín.

Padre Aureliano Pardo Villar

O Padre Aureliano Pardo (1956):

“Deseaba conocer el trabajo de Menéndez Pidal sobre el lenguaje de Colón, pero sufrí la mayor decepción con su lectura. Escribe obsesionado por la idea de alejar a Colón de Galicia y de España, y para ello afirma que no hay galleguismos en sus escritos y trata de borrar todo vestigio del idioma gallego en su lenguaje castellano, convirtiendo los galleguismos en portuguesismos de la manera más arbitraria. […] No podía sospechar que un hombre del prestigio de Menéndez Pidal descendiese a un plano tan bajo, […] y que admitiese a ciegas lo del Colombo lanero y descubridor, con sus documentos apócrifos y sus afirmaciones gratuitas y contrarias a la verdad y a lo que Colón cuenta de su vida en algunas de sus cartas a los Reyes Católicos. […] Yo no le quito el mérito que como filólogo pueda tener en su estudio de la lengua de Colón. Estará tal vez muy bien en la teoría, pero descendiendo al terreno de la realidad y de la verdad histórica son demasiado visibles y notorias las claudicaciones. Negar que existan galleguismos en los escritos de Colón […] Hacer una semblanza fantástica del mismo […] Citar como auténticas las cartas de Colón al Oficio de San Jorge de Génova y a Oderigo […] Vamos, que hay que ser un poquito despreocupado y otro tantico osado. Perdone, Sr. Presidente de la Real Academia Española! ¡Perdone si acaso se desliza un poco la pluma!” (Carta a Modesto Bará, de Pontevedra, data em Padrom em 9 de Fevereiro de 1956).

(1961, póstumo): “Lo menos que puede concederse, en buena lógica, es que las palabras gallego-portuguesas puedan llamarse indistintamente galleguismos o portuguesismos. Menéndez Pidal, al calificarlas exclusivamente de portuguesismos, da a entender que desconoce el idioma gallego o que, si lo conoce, prescinde en absoluto de su conocimiento para formular su juicio sobre el lenguaje de Colón” (Vida Gallega (Vigo) 1961).

Ortega Arístides Martínez

Aristides Martínez Ortega. (Escritor, poeta y educador). Nacido en Ciudad de Panamá el 31 de diciembre de 1936. Estudios de Literatura en la Universidad de Chile. Catedrático de español en la Universidad de Panamá. Director de la revista Lotería; Director del Instituto Nacional de Cultura (INAC), Coordinador de la Edición de la Colección de obras literarias panameñas de la Asamblea Legislativa con motivo del Centenario de la República (2003). Premios: Premio Único de Poesía, que se dio en Conmemoración del Centenario de Fundación de la Universidad de Chile (1963), Medalla Pablo Neruda (2004) Fue Miembro del Grupo cultural Demetrio Herrera Sevillano. Obras Poéticas: Retoños (Con Jaime de León; 1956); Poemas al sentido común (1959); A manera de protesta (1964 y 1972, con nuevos poemas), Protesta sin maneras (CELA, 1997). Críticas Literarias: La modalidad vanguardista en la poesía panameña: estudio y antología (Editorial Universitaria, Universidad de Panamá, 1973); Las generaciones de poetas panameños (Ediciones Tareas, Panamá, 1992); Panamá: poesía escogida (1998); Diccionario de la literatura panameña (en colaboración con: Franz García de Paredes y Ricardo Segura Jiménez; Universidad de Panamá / Instituto de Estudios Nacionales, Panamá, 2002). (Escritores vivos de Panamá de la UTP. / Investigación-Actualización César Del Vasto. Actualizado: 18/05/2005)