MARCOS GAGO
Diez barcos clásicos franceses, acompañados por otras embarcaciones gallegas, dejaron boquiabiertos a los bañistas que ayer tomaban el sol en la playa de Agüete, en el municipio pontevedrés de Marín. La arribada a la ría es el punto culminante de una regata que partió de la localidad gala de La Baule y que, tras un peri- plo de más de 400 millas náuticas, trajo a esta pequeña flotilla hasta el puerto deportivo marínense. Desde la organización señalaron que el viaje fue tranquilo, a veces demasía do. La falta de viento obligó a retrasar la entrada en la ría y a trastocar un poco el programa.
Pendientes de que las esbeltas figuras de estos veleros enfilen hacia el fondo de la ría, ayer las miradas de todos los presentes en el puerto de Agüete se dirigieron a las embarcaciones, entre las que destacan Khayam, de 18 metros, y Cyren- ne, con una cubierta de madera de teka y con un enorme palo mayor de unos 25 metros.
Estas son dos de las joyas de esta flota, que Volverá a izar el ancla hoy en lo que se ha venido a calificar como travesía coloniana. Y es que
una de las razones de la llegada de estos buques a Marín es difundir la tesis del origen gallego del descubridor y navegante Cristóbal Colón.
Es una teoría que cuenta con muchos seguidores en Pontevedra —el Concello de Poio incluso le ha construido un museo— y se basa en el idioma empleado por el almirante de la Mar Oceana —gallego-portugués—, la aparición de documentos de la familia Colón en el siglo XV en los archivos de la ciudad del Lérez y la toponimia que utilizó el marino durante sus descubrimientos.
Es más, la flota que ayer arribó a Marín recorrerá numerosos puntos del litoral gallego (cabos, ensenadas, islotes…) que existen también con el mismo nombre al otro lado del charco.