Se supone que sería la estructura más alta en el Caribe y una de las estatuas más grandes del mundo: un monumento a Cristóbal Colón en una región donde el navegante genovés no ha sido un personaje muy admirado durante años.
Sin embargo, hasta ahora, la estatua de apariencia de bronce de 92 metros (300 pies) parece un monumento al caos o una broma colosal.
Concebida originalmente para sobresalir en el paisaje de alguna gran ciudad estadounidense, la estatua ha tenido que ir de un lugar a otro. Ahora se encuentra desarmada mientras un empresario y el alcalde de la localidad de Arecibo, Puerto Rico, tratan de erigirla finalmente, frente al Atlántico, en la costa septentrional de la isla.
Sin embargo, éste no sería el capítulo final de una especie de telenovela que dura ya 20 años. El destino final de la estatua es incierto.
Quienes simpatizan con el proyecto tramitan una larga lista de permisos, incluido uno de la Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés), pues alegan que la estructura es tan alta que podría interferir con el tránsito aéreo.
Ahora, funcionarios puertorriqueños compiten por llevar la obra a distintas partes de la isla, como atracción turística.
Hay que considerar también el hecho de que la estatua de 544 toneladas métricas (600 toneladas inglesas) inspira, al igual que otras obras de ese tamaño, más críticas que admiración, particularmente por el hecho de que muchos grupos consideran a Colón más como el precursor de un genocidio que como el descubridor de un nuevo mundo.
«Para ser sincera, esto es monstruoso», dijo Cristina Rivera, activista contra la privatización de playas en Arecibo, quien ha expresado su oposición vehemente a la instalación de la estatua en esa localidad. «¿Por qué tenemos que traer una pieza tan exagerada acá?», afirmó.
Esa es la misma reacción que ha frustrado el proyecto anteriormente y que podría hacerlo naufragar otra vez.
El artista ruso Zurab Tsereteli, de 77 años, construyó la estatua en 1991 para conmemorar el quinto centenario de la llegada de Colón a América, en 1492.
El artista es reconocido mundialmente por sus obras gigantescas, onerosas y en muchas ocasiones rechazadas, pero sus piezas han encontrado antes cupo en Estados Unidos, incluso frente a la sede de Naciones Unidas en Nueva York. Tsereteli confía en que su homenaje al navegante tenga finalmente un lugar en el mundo.
Entrevistado mediante correo electrónico por The Associated Press, Tsereteli recordó que incluso la Estatua de la Libertad y la Torre Eiffel fueron objeto de críticas y retos.
«Ahora son símbolos», dijo. «Sin esos símbolos, esos lugares serían inimaginables», aseguró.
Durante una visita a Rusia en 1990, el entonces presidente estadounidense George Bush pasó por el estudio de Tsereteli en Moscú y eligió un modelo de estatua de Colón, entre tres que se le presentaron. En septiembre de 1994, Tsereteli viajó a Estados Unidos con el entonces mandatario Boris Yeltsin y presentó el modelo elegido a Bill Clinton, quien había sucedido a Bush.
El sur de la Florida fue el primer destino propuesto para la obra, que muestra a Colón con cabello que le llega hasta el hombro, así como con una nariz recta, puntiaguda y larga y con ojos ligeramente protuberantes, que recuerdan un cuadro cubista.
Un comisionado del condado dijo en broma que la estatua podría servir como arrecife artificial y otro sugirió que sólo debía emplazarse la cabeza y no ocuparse del resto de la pieza. Algunos se preocuparon también por la posibilidad de erigir algo que rindiera homenaje a una persona a quien algunos relacionan con la trata de esclavos y con una colonización atroz.
La estatua fue luego a Nueva York, Ohio y Maryland, sin éxito.
«Varias organizaciones privadas señalaron que la colocarían», dijo Emily Madoff, vocera de Tsereteli. «Luego se percataron de que se habían involucrado en algo demasiado grande… No es algo que simplemente pueda colocarse encima de un terreno».
En 1998, el gobernador de Puerto Rico Pedro Roselló aceptó la obra como regalo y erogó 2,4 millones de dólares en fondos públicos para traerla a la isla. Luego, el alcalde de Cataño, un suburbio de San Juan que atrae a miles de turistas a su destilería de ron Bacardí, solicitó la estatua.
Sin embargo, el plan se topó con problemas cuando las autoridades aeronáuticas consideraron que el lugar propuesto interferiría con las trayectorias de los vuelos. Además, los residentes cuyas viviendas tendrían que demolerse para hacerle espacio a la estatua protestaron contra los planes.
Colón quedó otra vez guardado. «Es algo muy desagradable», dijo Madoff. «La estatua simplemente se quedó ahí».
En 2008, una compañía operadora de puertos, Holland Group Ports Investments, accedió a recibir la estatua y almacenarla en la ciudad costera occidental de Mayagüez, donde permanece. Recientemente, un equipo ruso viajó a la ciudad y se cercioró de que buena parte de las 2.700 piezas siguen encajando, mientras los planes de Arecibo parecían progresar.
El alcalde de Arecibo, Lemuel Soto, dijo que la estatua se sumaría a los sitios de interés en la ciudad, que atrae visitantes a sus cuevas y a uno de los telescopios más grandes del mundo. Madoff dijo que los inversionistas cuentan con los 20 millones de dólares que costaría erigir la estatua, de modo que la financiación no sería un problema.
Sin embargo, ahora que ha comenzado el trámite para obtener el permiso surge una nueva amenaza. El legislador puertorriqueño David Bonilla ha comenzado a cabildear para que la estatua se destine a atraer turistas hacia el occidente de Puerto Rico, quizás en la isla de Desecheo, que está deshabitada salvo por algún inmigrante dominicano que ocasionalmente llega ahí en su huida de la Patrulla Fronteriza estadounidense, la cual vigila el estado libre asociado.
Entonces, intervino el alcalde de San Juan, Jorge Santini, una figura influyente en la isla, quien dijo que quería tener la estatua de Colón en la capital. Proyectó que podría colocarse cerca de una laguna muy visitada o incluso en lo que fue un relleno sanitario.
Una vocera del artista insistió en que es muy tarde para comenzar la búsqueda de un nuevo lugar y que la estatua se levantará en Arecibo, pero tras los antecedentes de esta pieza artística, eso está en veremos